Príncipe de una historia sin fin, ya no te necesito acá Part I

Los nicks son las máscaras de este siglo.
Y los antiguos rincones oscuros ahora son simples teclados, con manchas de cigarrillos.
Las mentiras, los argumentos, ahora se pueden borrar y volver a decir.
Y escapar… escapar es tan fácil en estos tiempos.
Lo único que se mantiene en vigencia, son las ansias de escuchar gritar, de ver caras rotas en miedo.
Adoro estas épocas…

Como si fuese primavera todos los días, él me lo hace sentir. No sé qué ocurrirá en su mente, es tan misterioso que no me puedo dar cuenta. Él es la canción perfecta para mi guitarra, tiene los acordes precisos para poder tocarla. Es una armonía deliciosa en mis pensamientos y me hace sentir paz. ¿Raro? Muy raro.

“Luz Pecado”. Irónico. Su Nick fue un punto luminoso en una oscuridad mediocre, y su pecado fue la originalidad.
En este lugar, sobresalir es condenarse.
Ella no era consciente de que ya estaba sangrando. Y a los seres como yo, la sangre nos convoca, en un remolino depredador.
Mis dedos querían apurarse al escribir, pero yo los contuve. Ya habría tiempo para liberarlos sobre ella.

Y sí, tal como su nick decía, él robaba mis días. Mañana, tarde, noche, como si no tuviera otra cosa en qué pensar ni de qué ocuparme, en mi mente solamente yacía él. La duda tortuosa de saber si en algún momento de su pecadora vida, él tan solo se acuerda de mi nombre, es prácticamente mortal. “Ladrón de tus días” se llama el muy desubicado, me está volviendo loca. Mmm…

“y vs k onda? Tdo bn?” Esos proyectos de mujeres con su neo lenguaje…
Si supieran que su ignorancia las salva de mi ¿enfermedad? ¿perversión? ¿hobbie? Whatever… las salva, y punto.
Pero para Luz no hay resguardo. Ella tiene un lenguaje pulido, exacto. Los otros que la visitan se pierden en la belleza de sus fotos, pero yo me acerco por sus letras.
Llegado el momento, tendrá que reconocer que mi Nick es sincero: Voy a robar sus días.

Sus palabras me deslumbran y cada letra, cada frase y cada punto final, para mí son como el paraíso. Y como si pareciera poco, me invitó a salir, terminándome de gustar completamente, pero todavía no estaba preparada, mis expectativas van más allá de lo que uno cree, necesito tiempo.

Me dijo que no…
No es la primera vez que me dicen que no, pero si es la primera que me da una buena razón: Considera que todavía no es el momento.
Por Dios… ¿Ella realmente cree que maneja la situación?
Ya va a entender, ya la voy a aleccionar. Va a comprender que el momento, el lugar y TODO lo que tenga que ver con ella, está en mis manos.
Todos llegamos puntuales a la hora de nuestro final.

Él era como mi máscara antigas en medio de mi guerra química. Calmaba mis nervios cuando más lo necesitaba y siempre tenía algo bueno que decirme.

A veces, por más gente que tenga a mi alrededor, me sentía sola, y él curaba toda mi soledad con tan solo decirme una cifra. Cada vez más cerca estábamos de concretar y mi cuerpo no hacía más que temblar, pues después de estar buscando años y años para encontrar a la persona perfecta, cuando menos lo esperaba, simplemente El ladrón de mis días apareció…

Historia que escribí hace mucho tiempo con alguna persona perdida que desapareció.