lundi, juillet 19

No hay fuerza alrededor~

“Corre el murmullo de que ella es algo que en realidad no es, pero nadie le hace caso. Todos piensan igual, todos se burlan de ella. Y él no hace más que reírse, porque sabe que su plan funciona a la perfección. Porque ella lo vuelve loco, porque el no quiere aceptarlo. Y si, él la ama, pero no quiere vivir más con ese remordimiento de sentir amor por alguien. Ella se entera de que nada es lo que parece, de que todos creen esa mentira. Ella nunca les perdonaría eso, la peor traición jamás hecha, y él sigue riéndose. Yo no sé que hacer, sé que ella en realidad tiene mi nombre y que ella soy yo. Y él me persigue, hasta conseguir lo que quiere. Sé que lo vuelvo loco, pero yo no tengo la culpa. Sé que es lo que él quiere, pero yo voy a resistir siempre. La fiesta se convierte en un infierno de risas y yo no puedo escapar. Empiezo a correr, en busca de alguien que me rescate, de alguien a quién aferrarme y decir que esto no está pasando. Werhmann me está siguiendo, lo presiento. Sigo mi carrera y estoy por los pasillos del departamento, que por cierto son cada vez más angostos. No puedo más, mis zapatos me ajustan mucho y mi ropa no es de ejercicio exactamente. Poco a poco comienzo a disminuir la velocidad y mi respiración empieza a ser agitada. Werhmann me alcanza y se acerca lentamente sabiendo que yo ya no voy a huir más. Lo escucho reír y sé cuál es la expresión de su cara en este instante, esa expresión que le llevó años perfeccionar, porque nunca lo consiguió, esa expresión de placer, esa mueca malvada. Y ya no sé que hacer. Estoy desesperada. Me atrapa de repente y me mira fijamente a los ojos, sabiendo que soy débil y que no tengo alma de guerrera como él. Y me besa, como justificativo de toda su emboscada hacia mí. Y le sigo la corriente, pensando que así pueda arrepentirse de lo que está a punto de hacer. Me agarra del brazo y me sacude para un lado, haciendo que me golpee la cara y empiece a sangrar horriblemente. Me agarra de nuevo, y me vuelve a sacudir para otro lados, y así repetidas veces, hasta que ve que estoy demasiado indefensa y sangro por casi todo mi cuerpo. Y ya casi inconsciente, me dice que yo soy su peor pesadilla, que soy lo que él quiere. O mejor dicho, quiso. Escucho un ruido parecido a una bala recién disparada, pero no sé de donde viene, pero sé a donde llegó. Y duele muchísimo, pero terminó con todo mi dolor, y ya no veo más nada… Camille ya no está.”

I_Hate_You_by_lucasinphotoshop

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