Es mejor quemarse, que apagarse lentamente~

El medio del desierto estoy sola, otra vez. No entiendo nada, porque siempre que sueño, me despierto en un lugar así. Y siempre aparece él, transformado físicamente, pero siempre es él. Me busca, me ayuda, me protege, me quiere. Me ayuda a encontrarme a mí misma y a encontrar a mi gente. Es como que cada vez que despierto en ese lugar, él automáticamente aparece y es todo lo mismo, pasar una aventura que es igual a la anterior, pero diferente. Sí, ya sé que muchas veces me contradigo, pero a veces siento las cosas así. ¿En qué estábamos? A sí, él me quiere. Y es como que espera siempre a que yo me despierte otra vez y como que espera a verme, a ayudarme, y a todo lo que ya mencioné. Él es raro, la última vez que abrí los ojos, él era morocho, con un pelo suave y con rulos, tipo afro, y es alto y flaco. Y no sé, no sé que otra cosa decir más que la palabra despertar. No sé si entienden. Es como un espiral, uno de esos que los das vueltas y siempre vuelve, que termina y vuelve a empezar del mismo modo. Bueno, esto es así, todo termina, y vuelve a empezar, y vuelve a terminar, y vuelve a empezar otra vez. Y él me hace sentir menos sola, me hace sentir que estoy en este mundo para algo, que aunque sea, estoy para él, que no estoy sola, algo que me aterra y me seduce a la vez. Son pensamientos confusos, lo sé, y vuelvo a repetir, suelo ser muy contradictoria a mí misma, pero ni siquiera yo sé lo que siento. Y no sé, puede ser que me guste, me ENCANTE, ver a ese morochito que siempre siempre espera a que me despierte para volver a hacer lo que ya es rutinario, a lo que ya sé como va a venir, que va a venir.

Y después me doy cuenta que en realidad no estoy soñando y despertándome muchas veces, sino que me despierto y todos esos “sueños y me despierto” son falsos, que en realidad no existe esa realidad. Qué quizá ese morochito no exista ni sepa jamás quién es. Pero que lindo es sentirse así por un pequeño ratito.